
NACIO DE NUEVO EL AMOR.
Hoy... al mirar esos ojos tan brillantes
y sumergirme en ellos... la ternura
vino a mí, contemplando tu hermosura,
tus rizos sedosos y brillantes.
Y la mecha de la flama, que apagada
por mucho tiempo había estado en el olvido
volvió a arder, dando calor el gran cupido,
erradicando la amargura despreciada.
¡Oh!, cuanto amor en el hombre puede haber
y cuanta ternura almacenar el corazón,
a punto de perder toda razón.
Quién no ha amado... no podrá comprender.
Hoy... al mirar esos ojos tan brillantes
y sumergirme en ellos... la ternura
vino a mí, contemplando tu hermosura,
tus rizos sedosos y brillantes.
Y la mecha de la flama, que apagada
por mucho tiempo había estado en el olvido
volvió a arder, dando calor el gran cupido,
erradicando la amargura despreciada.
¡Oh!, cuanto amor en el hombre puede haber
y cuanta ternura almacenar el corazón,
a punto de perder toda razón.
Quién no ha amado... no podrá comprender.
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