
AMARGA AGONIA.
La mañana está nublada
¿es muy triste la mañana?,
recordándome una flor,
flor marchita, flor temprana.
La miraba, me miraba
con tiernos y bellos ojos.
Lo malo no lastimaba,
se olvidaban los enojos.
Cupido lanzó su flecha
a los dos enamorados
con el néctar inmortal,
de lo que llaman amor.
A la linda y dulce flor
de perfume celestial,
brindándonos el calor,
el calor fuera del mal,
el calor... llamado... amor.
El tiempo siguió su ruta
y en la tierra, firmemente,
el nido de amor nacía,
¡el nido de amor crecía
muy altivo y muy potente!
Más el Dios omnipotente
la dicha no quiso darnos
y la dulce y bella rosa,
voló como mariposa,
voló a las infinidades
muy lejos de realidades
hasta por fin separarnos.
Y ahora vivo en la espesura
de la noche, siempre oscura,
ya sin ganas de vivir.
Para alcanzar a mi vida,
a mi amor, a mi querida,
solo espero, yo ... morir.
La mañana está nublada
¿es muy triste la mañana?,
recordándome una flor,
flor marchita, flor temprana.
La miraba, me miraba
con tiernos y bellos ojos.
Lo malo no lastimaba,
se olvidaban los enojos.
Cupido lanzó su flecha
a los dos enamorados
con el néctar inmortal,
de lo que llaman amor.
A la linda y dulce flor
de perfume celestial,
brindándonos el calor,
el calor fuera del mal,
el calor... llamado... amor.
El tiempo siguió su ruta
y en la tierra, firmemente,
el nido de amor nacía,
¡el nido de amor crecía
muy altivo y muy potente!
Más el Dios omnipotente
la dicha no quiso darnos
y la dulce y bella rosa,
voló como mariposa,
voló a las infinidades
muy lejos de realidades
hasta por fin separarnos.
Y ahora vivo en la espesura
de la noche, siempre oscura,
ya sin ganas de vivir.
Para alcanzar a mi vida,
a mi amor, a mi querida,
solo espero, yo ... morir.
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