
EL ULTIMO PERDON.
¿Viste ya aquella paloma?,
acaba de alzar el vuelo.
La lágrima que se asoma
sólo pertenece al cielo,
este viento montaraz
al fin le ha quitado el velo.
Perdóname mi amor, si te he ofendido
al declararte mi amor que es limpio y puro,
no quise lastimarte en ni un sentido
y si hay un culpable, lo es cupido
por ordenarme dejar de ser tan duro.
Yo era impenetrable, cual acero,
más al sentir tu cercanía sublime,
el granito, el acero junto al hierro
se derritieron a un son, y ahora dime,
¿es pecado el amar como te quiero?,
si lo es así, mejor es despedirme.
Te doy razón, fue un acto repentino,
el alcanzar una estrella es imposible,
mirar el sol sin duda es desatino,
acercarse a la gloria es como un vino
que embriaga, ciega y que redime.
No he querido olvidarte aún del todo,
a nadie he amado como a ti.
No se ya si alejarme o si te imploro,
¿cómo he de olvidarte? si te adoro
y deseo... te quiero más que a mí
¿Viste ya aquella paloma?,
acaba de alzar el vuelo.
La lágrima que se asoma
sólo pertenece al cielo,
este viento montaraz
al fin le ha quitado el velo.
Perdóname mi amor, si te he ofendido
al declararte mi amor que es limpio y puro,
no quise lastimarte en ni un sentido
y si hay un culpable, lo es cupido
por ordenarme dejar de ser tan duro.
Yo era impenetrable, cual acero,
más al sentir tu cercanía sublime,
el granito, el acero junto al hierro
se derritieron a un son, y ahora dime,
¿es pecado el amar como te quiero?,
si lo es así, mejor es despedirme.
Te doy razón, fue un acto repentino,
el alcanzar una estrella es imposible,
mirar el sol sin duda es desatino,
acercarse a la gloria es como un vino
que embriaga, ciega y que redime.
No he querido olvidarte aún del todo,
a nadie he amado como a ti.
No se ya si alejarme o si te imploro,
¿cómo he de olvidarte? si te adoro
y deseo... te quiero más que a mí
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